1. Ámate a ti mismo para poder amar a los demás.
No se puede dar lo que no se tiene. Como puede alguien establecer un vínculo emocional amoroso con los demás, si internamente se maltrata a sí mismo o tiene un concepto negativo de quien cree que es. La expresión de amor hacia los otros empieza por una autoestima enaltecida, empieza por la aceptación de ser quien eres.Procura, eso sí, evitar la autoindulgencia y ser ciego ante posturas egocéntricas y narcisistas que le hagan daño a los demás. Es decir, si tiras a la basura el más mínimo principio de empatía y eres un ser humano miserable y definitivamente malvado, pues difícilmente podrás establecer relaciones amorosas con nadie, pero te cuento; hasta el más malvado de los seres humanos busca ser amado por alguien y tiene el potencial de cambiar y modificar sus patrones de maldad por la luz del amor y la espiritualidad. Entonces empieza por ahí y una vez te sincronices internamente con el amor universal, podrás dar amor asertivamente a los demás.
2. Acepta los cambios con sabiduría.
Según el Principio de la Vibración establecido en el Kybalion: "Nada está inmóvil; todo se mueve; todo vibra”. Es decir, todo cambia y pasa de un estado a otro como un principio universal. En esta vida tenemos pocas cosas que son seguras, una de ellas es que todo cambia.
El cambio es inevitable, inexorable. Lo que si podemos hacer es decidir cómo queremos afrontar ese cambio. ¿Asumiremos una postura combativa resistiéndonos tercamente al cambio, nadando contracorriente? o vamos a aceptarlo y a fluir con él, aceptándolo y adaptándonos a él. Lo que dice el budismo es que no tiene sentido pelear o protestar ante lo inexorable. Lo proactivo y asertivo es surfear las olas y aceptar que todo se mueve y que nada en el aquí y el ahora es como era un segundo antes y nada será igual un segundo después.
3. Perdona
Perdonar no solo es bueno para el alma sino también para la salud. Es bueno para el alma porque al perdonar dejamos de alimentar el rencor que nos carcome por dentro, lo que necesariamente nos da equilibrio emocional y paz interior. A nivel orgánico, perdonar se traduce en bajos niveles de cortisol, la hormona del estrés, lo que disminuye el ritmo cardiaco y baja la presión arterial. Adicionalmente, estudios de la Universidad de Duke con pacientes seropositivos, diagnosticados con SIDA, sugieren que la capacidad de perdón tiene una relación importante con el mejoramiento del sistema inmune.
En palabras del decimocuarto Dalai Lama: “Si no hay una razón totalmente genuina para perdonar; simplemente hazlo porque te conviene, hazlo por tu propio bienestar”.
4. No confundir el amor con el apego
El amor es el sentimiento más hermoso y poderoso del mundo. Entre seres humanos es el resultado de una emoción basada en la atracción y la admiración de un sujeto hacia otro, que puede ser o no ser correspondido. Esta es la visión general del amor desde la perspectiva occidental donde el concepto se relativiza a la presencia de otra persona, la reciprocidad del sentimiento y al sentido de pertenencia. Eso es amor fundamentado en el APEGO, que generalmente termina siendo una demanda del EGO.El amor según el budismo es diferente. El amor según el budismo se caracteriza por la amabilidad y benevolencia, pero sin tener que apegarse a la persona, que en definitiva es lo que a posteriori causa sufrimiento. Para practicar el amor según el budismo, no es concebible aferrarse a nada, debido a que esta es una tarea imposible ya que nada permanece estático, todo cambia y se transforma. Todo en últimas es pasajero.
En palabras del monje budista Thich Nhat Hanh, el amor verdadero es solo aquel capaz de generar alegría para ti y para la otra persona e incluye 4 elementos fundamentales; Estos son bondad, alegría, compasión e inclusividad. Si practicas el amor desde estos principios fundamentales, puedes proyectarlo sobre alguien o no, porque sea como fuere, siempre obtendrás felicidad por el simple hecho de haberlo practicado, sin importar si has sido correspondido o si ese alguien o algo está en tu vida o no.
5. El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional.
El dolor y el sufrimiento emocional son cosas distintas, pero ambos son parte de la vida. El dolor es una realidad que se presenta ante una perdida, sea esta de un familiar, de la pareja, de un amigo o de un estilo de vida determinado. De forma que el Dolor siempre será algo a lo que estaremos expuestos en el devenir de la vida. El sufrimiento, por otro lado, es la prolongación de ese dolor que no nos permite pasar la página, y una de las razones por las que nos mantenemos en modo de sufrimiento es en buena parte porque inconscientemente la psiquis saca un beneficio secundario de esto, bien sea por una necesidad de victimización o bien sea porque obtenemos afecto y consideración de esto o bien sea porque eso nos aparta de tomar decisiones o de ejecutar una acción determinada que tememos tomar. En ese sentido el sufrimiento es una elección.6. Se sabio al guiar tus deseos.
Cuando un ser humano se apega a deseos que son egoístas, materiales y de dependencia hacia otras personas, se desequilibra espiritualmente, en gran medida porque se vuelve dependiente de esos deseos que terminarán convirtiéndose en desgastantes frustraciones, ante los deseos no cumplidos.No creo que se trate, como habla el budismo más ortodoxo, de no tener deseos, sino más bien en concentrar tu energía en deseos más altruistas y compasivos hacia los demás. En últimas, el altruismo funciona como un seguro contra el sufrimiento que conlleva ser esclavo de deseos fundamentados en las necesidades del ego, que son los que terminan generándote el sufrimiento emocional.
7. Enamórate del interior y no del exterior.
Hemos creado una realidad social en donde lo determinante para valorar a los demás y a nosotros mismos, suele ser la apariencia o las posesiones. Cuando nos movemos exclusivamente en función de lo material y banal, dejamos de lado lo verdaderamente relevante de las personas y nuestro entorno, dejamos de contemplar y valorar la esencia y belleza interior de las cosas y de quienes nos rodean.A veces sucede que tu luz interior es tanta, que comienza a irradiar desde tu cuerpo hacia el exterior. Pero lo inverso nunca es verdad, porque tu belleza externa es sólo superficial, no puede afectar a tu belleza interior. De hecho, algunas veces la belleza exterior llega a ser un obstáculo en la búsqueda del equilibrio interior; llegas a identificarte tanto con lo exterior que dejas de trabajar en tu crecimiento espiritual convirtiéndote en un esclavo de lo material o lo banal.
8. Se aprende de toda derrota
Nadie está exento de experimentar un fracaso en la vida. Igual que el dolor, el fracaso es algo inevitable, es algo inherente a la vida misma. Lo importante es hacer de los fracasos algo constructivo, una enseñanza. El fracaso es desagradable, pero te ayudará a aprender de tus errores ya que ese aprendizaje te prepara en caso de tener que enfrentar una situación parecida en el futuro. Al aprender de la experiencia, no hay fracaso, hay ganancia.9. Siente pasión por lo que haces.
El tiempo que le dedicamos al trabajo es relativo según el país en donde vivas. Mientras en Holanda la jornada laboral es de 29 horas semanales, en Colombia es de 48 y algunos legisladores llegaron a proponer que fuese incluso de 60, es decir 10 horas por día. Que calvario pasar entre 8 y 10 horas diarias, 5 o 6 días a la semana, cuando tu trabajo no te gusta.Aunque no voy a entrar en frases facilistas como que si no te gusta tu trabajo deberías dejarlo, porque infortunadamente en el mundo en el que vivimos, si te quedas sin un ingreso económico por no tener trabajo, es muy factible que peligre seriamente tu vida y la de los que tienes a cargo, si sería recomendable que si este es tu caso, proyectes un plan de vida que, así sea paso a paso, te garantice en un mediano plazo, trabajar en lo que te gusta o cuando menos en algo que te resulte gratificante y edificante.
Has un análisis y ve si lo que haces en este momento es justo lo que amas, si no es así, busca modificar la situación con un norte claro y realizable.
Hay una frase célebre de Albert Einstein que reza: “Si buscas resultados distintos no hagas siempre lo mismo”. Esa frase que parece tan obvia, aparentemente es muy difícil de concretar para muchos que se ven inmersos una y otra vez en más de lo mismo, sin reaccionar ni modificar sus patrones de comportamiento o su forma de pensar.
Si lo que has hecho hasta ahora no funciona ¿para qué seguir haciendo lo mismo?. Para algunos es un simple caso de idiotez crónica, para otros se convierte en una cuestión de costumbre y comodidad. Se han acomodado a actuar así y no quieren cambiar porque el cambio cuesta y les resulta más fácil quejarse. Cambiar supone un gran esfuerzo porque se tiene que desaprender lo aprendido y salir de su estado de comodidad, salir de su statu quo para ampliar el margen de posibilidades y eso les atemoriza. Tenemos que asumir riesgos si realmente queremos que las cosas cambien.
Dogma es una proposición que se asume como principio innegable e irrefutable de una ciencia o doctrina. Creer en dogmas resulta poco inteligente y bastante peligroso, y esto es porque nos induce a creer en verdades unimodales que frecuentemente nos constriñen en el fundamentalismo y eliminan otras posibilidades de explicación para la realidad y para nuestra felicidad.
Los dogmas estancan el conocimiento y limitan el abanico de opciones de lo que podemos ser y de como podemos expresarnos como los seres humanos librepensadores que somos, de forma que se libre y no te ates a verdades absolutas que hayan sido impuestas por otros o que hayas impuesto tu mismo. De pronto hay otros caminos posibles para encontrar la felicidad, si te decides a abrir tu rango de visión. Se flexible y mantén siempre una mirada amplia.