Antes de contarles sobre la posición del Dalai, revisemos que
es el karma (En sánscrito:
कर्म ) o más exactamente que es la ley del karma. De acuerdo al hinduismo
y sus filosofías correlacionadas; el budismo y el jainismo, el karma es
fundamentalmente una ley de causa y efecto, que pregona que todo lo que haces
crea una energía trascendente que luego regresa a ti. Si haces algo considerado
bueno o positivo, eso es lo que regresará a ti, y si lo que haces se considera
malo o negativo, también. Frecuentemente se enuncia, retomando las palabras de
la Tercera Ley del movimiento de Newton, como: "Para cada acción hay una
reacción de fuerza equivalente en la dirección opuesta".
La Ley del karma es reconocida desde la perspectiva religiosa como "justicia divina" y aunque desde esa visión se nos presenta como algo determinado por un agente externo a nosotros mismos, como un castigo inmodificable impuesto por la deidad ante nuestros pecados o faltas, hay que decir que esa idea está más bien alejada de la concepción budista del karma. Como mencioné anteriormente, desde el budismo el karma se entiende como una ley de causa y efecto, pero esta causalidad es absolutamente determinada por nosotros mismos y nuestras acciones. Además, no es inmutable, su curso e intensidad pueden ser modificables, aunque con atenuantes como ya veremos.
El karma entonces desde la perspectiva budista, es como una
especie de POTENCIALIDAD no manifestada,
relativizada y con cierto grado de variación según sean nuestras acciones y la
intencionalidad que le imprimimos a las mismas. El Buda frecuentemente
utilizaba la analogía de que nuestras acciones kármicas son como semillas que
hemos sembrado. No obstante, lo que determina que una potencialidad kármica se
manifieste, es que exista la voluntad o la intención del sujeto al ejecutar la
acción. En la analogía en cuestión, es indispensable que tu hayas tenido la
intención de sembrar esa semilla.
Al respecto, hay que tener muy presente las diferencias
entre la visión budista del karma y la que promueven las religiones teocráticas
tradicionales como el hinduismo convencional. Desde la noción hinduísta, se
entiende la ley kármica como un destino inamovible e inmutable que canaliza y
justifica la marcada división en castas que parametriza la cultura hindú, en
donde si tu naciste en una casta inferior como los denominados "intocables"
o “Harijans”, más o menos te jodiste
para toda la vida porque nacer en esa casta implica que serás considerado como
un individuo inferior y merecedor de su suerte. Ese futuro de miseria e
inferioridad social se concibe como algo inamovible y hasta sagrado al ser
validado por Brahma, el dios creador en el hinduismo.
Los “Harijans”
o “Dalits” son considerados parias e
incluso les llaman “Intocables” en
la India. Se ubican en el último escalafón de la sociedad hindú, más bajo que
los “Shudrás”, que se corresponden
con la idea de esclavos o siervos; hoy en día son los obreros y campesinos.
Aunque
las condiciones de los Harijans han
mejorado un poco con la modernidad, los hinduistas de castas superiores consideran
que estos están al mismo nivel de un perro, por lo que les segregan a los
trabajos y tratos más denigrantes que una persona pueda recibir, como el de
recoger excrementos humanos con las manos y es frecuente que a los niños los
obliguen a limpiar los inodoros del colegio al que acuden.
La base de toda la moral hinduísta está en la idea de que
cada casta tiene su propio deber (dharma) y que su condición, sea esta
agradable o no, es una forma de justicia divina. El concepto del karma entonces,
se emplea como una forma de adoctrinamiento que justifica una profunda segregación
y alienación social que me resulta vomitiva e irreconciliable con el más mínimo
principio de justicia.
De vuelta a la noción budista, el karma concebido como una
potencialidad es susceptible de ser mejorado o empeorado con nuestras acciones.
Es decir, a diferencia de la visión hinduista en donde el guion de la vida y su
lastre kármico ya está escrito desde las esferas divinas y tienes que aceptarlo
con resignación y hasta con alegría, desde el budismo se afirma que “Tu eres el único responsable de escribir tu
propio guion” y que este puede ser modificable mientras que transitas por esta
vida a beneficio o perjuicio de tu actual existencia o de las posteriores, si
es el caso que encarnes de nuevo.
Desde esta perspectiva tenemos infinitas vidas previas, así
que hay muchos karmas que aún no han madurado y están listos para manifestarse
según y como vayamos trajinando con nuestras acciones presentes. Al mismo
tiempo, vamos generando nuevas “potencialidades kármicas” que pudieran
manifestarse en esta vida o en otras.
Incluso para el Dalai Lama, hasta el último momento uno o
las circunstancias de la vida pueden cambiar el resultado de una destinación
kármica. En sus palabras; "si hay
una destinación kármica ya establecida sea positiva o negativa, si un karma más
fuerte es creado, la destinación del karma previo cambia”.
Pero esta última afirmación tiene sus atenuantes para el maestro
de origen taiwanés Zhihan, que antepone
que ese karma potencial es modificable dependiendo de aspectos situacionales
específicos, es decir, la posibilidad de un cambio de dirección de la
potencialidad kármica es relativa. Por ejemplo, si has fumado toda la vida 20
cigarrillos diarios, no esperes dejar listos tus pulmones para un maratón con
un mes de abstinencia. De igual forma, no esperes romper una destinación
kármica que has alimentado durante toda tu vida o que se ha repetido una y otra
vez en varias vidas, con una semana de meditación o con el simple
arrepentimiento en tu lecho de muerte.
De ahí
se desprende que ese absurdo de la Extremaunción
promovida por el catolicismo y otras religiones judeocristianas, no tiene
ningún asidero lógico. Es decir, si toda tu vida has sido un matón asesino y
genocida, un cafre, ¿cómo es posible que, porque te arrepientas frente a un
cura y te embadurnen en aceite, obtengas la salvación o que no recibas
consecuencia espiritual alguna por tus malvadas acciones?
"Por esta santa unción y por su
bondadosa misericordia, te ayude el Señor con la gracia del Espíritu Santo, para
que te libre de tus pecados, te
conceda la salvación y te conforte en tu enfermedad. Amén". Palabras que se pronuncian en
el rito central del sacramento de la unción de los enfermos o extremaunción.
Como mencioné anteriormente, la modificación del karma tiene
sus atenuantes. Por ejemplo, es distinto haber sido un miserable con los demás
hasta el ocaso de tu vida, que haber sido un miserable solo en tu adolescencia
mientras intentabas encuadrar tu cabeza y tus emociones en eso que llaman
madurez. Y es que el tiempo, como es apenas obvio, es una variable
interviniente en todo esto. Es decir, no esperes cambiar un destino kármico,
especialmente si este es fuerte, en tu lecho de muerte. Estando en esta
situación máximo podrás aspirar a atenuar ese karma con un arrepentimiento
sincero y consciente frente a tus acciones, pero esa destinación muy
seguramente te acompañará en tu otra vida, en caso de que reencarnes.
Otro elemento determinante de la ley kármica y su posible
modificación es que tal y como afirman tantas teorías sobre el desarrollo
personal “eres y vives según lo que piensas de ti mismo". Es decir, tu
realidad de vida y la manifestación o no de una consecuencia kármica también
depende del chip mental que tengas en la cabeza.
Para entender mejor esta joda voy a tratar de explicar uno
de los aspectos de la noción budista del surgimiento
condicionado, que entiendo como una especie de profecía autocumplida. Es
algo como esto. Si partes de la base de que tu destino es “ser un intocable” o
que has nacido culpable con el lastre de un “pecado original” a tus espaldas
consecuencia de las malas acciones de tus ancestros, estas condicionando a las
energías universales para que esa potencialidad kármica se manifieste en tu
realidad presente. Estas atrayendo ese karma inmutable con tus pensamientos
condicionados y no podrás salir de ese círculo vicioso de idiotez perpetua. Si
no te tragas el cuento y por decirlo de alguna forma, te rebelas contra ese
condicionamiento cultural o religioso, puedes darle un nuevo rumbo a ese karma,
que insisto, no es más que una potencialidad.
Otro factor atenuante de la ley kármica es que tan fuerte o
débil es un karma. Por ejemplo, contrario a lo que se pudiera pensar, según el
maestro Zhihan es principalmente el karma débil el que probablemente se manifieste en tu vida
presente. El karma más fuerte, más cargado de energía negativa, es el que posiblemente se manifieste en tus otras vidas subsiguientes y no en la que
estas experimentando en el aquí y el ahora de esta vida. Por dar un ejemplo, si
eres infiel a tu pareja y la engañas cual picaflor campestre, lo cual podría
considerarse una falta menor, es más factible que la mala energía que contrae
esa mala acción, se te manifieste en una mala consecuencia en el curso de esta
vida. Mientras que, si eres un violador de niños o un paramilitar responsable
de masacres, que asumo son acciones que deben implicar una gran carga negativa
en tu contabilidad kármica, es más probable que la pagues y con creces en una
futura encarnación o en el momento de tu muerte.
El maestro Zhihan explica lo anterior, empleando la analogía
del efecto diferencial sobre las olas en la superficie del mar, dependiendo de
si éstas se generan por la acción intempestiva y dramática de un sismo o por la
acción de la brisa marina. En el primer caso, al ocurrir un desprendimiento de
tierra o el desplazamiento súbito de una placa tectónica, se libera una gran
cantidad de energía en el suelo marino que, aunque es apenas perceptible en la
superficie del mar, puede desplazarse por cientos o hasta miles de kilómetros,
hasta impactar en la costa como un violento Tsunami. En contraposición a esto,
el efecto del viento sobre las olas en la superficie es mucho más perceptible y
aunque las olas puedan ser en apariencia violentas y atemorizantes en el lugar
donde se presenta la ventisca, la distancia y el alcance de su efecto es más
bien limitado a solo unos cuantos kilómetros.
Hay otras variables y atenuantes de la ley kármica, pero estas
serían quizá las más relevantes a tener en cuenta, así que por lo pronto lo
dejo por acá.